La enseñanza de un habitante de la luna

Es sabido que vosotros primero hacéis de vuestros hijos unos cautivos y después ya no los podéis liberar. Nosotros educamos a nuestros hijos al modo como un alfarero de vuestra Tierra hace un tarro en su torno, estirándolo encima de la rueda desde dentro hacia fuera y al mismo tiempo apretando desde fuera hacia dentro porque si no le saldría un tarro deforme. De modo que si quieres aprender cómo educar a los hombres para la eterna libertad ve al taller de un alfarero donde comprenderás tu amor mal interpretado. A ver si me entiendes: ¡en el alfarero hay más sabiduría que hasta ahora en ti!». Leer mas...

El Señor en los concilios, en las iglesias y junto a los hijos

Donde estéis siempre dos y tres, o aun más reunidos en Mi Nombre y en Mi amor, allá Yo estaré junto a vosotros, pero jamás estaré en los concilios. Pues en los concilios se reunían con intensiones idénticas a las de los consejos judíos ante el sumo sacerdote Caifás quienes diciendo actuar bajo Mi inspiración, discutían sobre las jerarquías de su propia divinidad e infalibilidad y calculaban el gran perjuicio económico que el Templo estaba sufriendo, pero no pensaban en Mí ni una sola vez. Leer más...

¿Cómo debemos leer los profetas con el fin de entenderlos bien?

Si vosotros leyeres en una sola gotita de agua del mar de Mi Misericordia infinita a Mis profetas, necesitaríais de un lente de aumento enorme (que en realidad es vuestra humildad). Leer más...

La vida de un árbol

En el fruto perfecto, esta pequeña centella de amor es envuelta en una bolsita y colocada bien en el centro de la semilla, donde permanecerá protegida. Y como es una centella que se origina en Mi amor misericordioso, ella contiene así – como su origen primario que soy Yo – la vida y el infinito, desde el más minúsculo átomo hasta el mayor del universo. Leer màs...