16 de junio de 2019

El alma de Satanás

Pero también habíamos dicho antes que toda la Tierra material es un alma de Satanás; pero aquí falta agregar que no solo la Tierra, sino todos los otros innumerables cuerpos mundiales están formados de esta única alma, que en estos cuerpos mundiales ya ha sido subdividida en innumerables compendios.       
Pero el espíritu no se puede subdividir, y una vez que éste, como unidad, ha sido puesto en un alma, sea grande o pequeña, permanece siempre como una unidad tal como es. Por inmensa que haya sido un día el alma de Lucifer, en ella no se puede encontrar más de un espíritu; y este último espíritu caído por voluntad propia, ahora no puede morar en todos los innumerables compendios en los cuales fue subdividida su antigua alma original concreta, pero la morada de este espíritu está limitada únicamente a esta Tierra que habitáis. Todos los demás cuerpos mundiales, aunque sean partes de esta alma originaria, están exentos del deber de ofrecer refugio a tal inquilino; por lo tanto, también los habitantes de esos mundos, aunque sean en su naturaleza generalmente mejores que los de esta Tierra, no pueden sin embargo, alcanzar aquella perfección en la semejanza a Dios a la cual pueden llegar los hijos de esta Tierra, los cuales son sino en espíritu aquello que hay de más lejano e ínfimo frente a Dios, pero precisamente por esta razón pueden en el caso de arrepentimiento y de mejoramiento volverse cuánto hay de más alto, de más cercano y más similar a Dios. Y fue también por esta razón, que Yo como el Señor, elegí esta Tierra como escenario de Mi suprema Misericordia y creé sobre ella todos Mis nuevos Cielos.  Todo hombre que es nacido sobre la Tierra, obtiene un espíritu directamente de Mí, y puede aspirar indiscutiblemente según el orden prescrito a convertirse en un perfecto hijo de Dios. Leer más...