15 de enero de 2017

9. “Y como ya había llegado la tarde, Él llego con los doce”.

Por eso no esperéis la tarde, sino llamadme por la mañana porque todavía tenéis plena fuerza y sois receptivos. Entonces Yo me acercaré a vosotros y os diré: “¡No os paseéis demasiado en los rayos del Sol porque estos os cansan y os hacen inactivos, sino confortaos en la sombra refrescante del Árbol de la Vida para que os mantengáis energéticos durante todo el día! Y si Yo después también en la tarde vendré a vosotros, entonces me reconoceréis muy bien”. Y cuando Yo os preguntaré: “¿Cómo está arreglado vuestro comedor? ¿Acaso no tenéis para comer y pasáis hambre?”. Entonces sólo podréis ofrecerme una provisión muy escasa, pero Yo la bendeciré y Me sentaré al lado de vosotros a la mesa donde ya no hay traidor que Me espere; o sea: Los pocos conocimientos que tenéis Yo los expandiré en soles centrales, para que de ello tengáis una abundancia infinita de Luz. Leer más...