29 de enero de 2017

12. No temas, Pablo; tienes que comparecer ante el César

Conmigo las cosas no pasan como con vuestros predicadores del mundo, los que del púlpito siempre gritan hacia abajo toda clase de chismes, y eso toda una hora - pero cuando el sermón está terminado, bajan del púlpito de una manera que después ni con un solo dedo tocan lo que habían predicado; pues nueve décimos de los oyentes salen del auditorio sin acordarse ni de tres palabras de todo el sermón, y un décimo de los oyentes que se ha acordado de algo del sermón finalmente dice: “¡Hoy otra vez ha hablado de manera bastante preciosa!” Leer mas...