30 de marzo de 2019

Tarea de la juventud


Recibido por Jacob Lorber, el 23 de enero de 1849

0. Félix Hüttenbrenner pregunta al Señor sobre el verso (Mateo 20:16)
"Muchos son los llamados, pero pocos son escogidos"

1. ¡Mi querido estudioso Félix! Yo te quiero mucho y me alegra que hayas empezado a pensar a menudo en Mí y que también deseas recibir de Mí una "Palabrita secundaria". Pero tú estás aún muy poco maduro para esto.

2. Pero por ahora sigue siendo muy aplicado en tus estudios y limpia de tu árbol de vida y del conocimiento la corteza externa, podrida y muerta, del musgo y de los nidos de orugas que se encuentran allí - entonces recién así Yo vivificaré la médula de tu árbol y lo fortaleceré para que dé frutos nobles y así seas tú un escogido, lo cual es designado sólo a pocos.

3. Pero si tú no cumples bien y exactamente con lo que tus actuales obligaciones de estudio te comprometen, y tampoco limpias diligentemente tu árbol de la vida y del conocimiento, de la corteza externa y muerta, del musgo y de los nidos de orugas, es decir, entiéndase entre ellos a los propios espíritus de la pereza – entonces en este caso la médula de tu árbol permanecerá débil y sin fuerzas, y no serás un escogido ni permanecerás como tal sino que serás tan sólo un simple llamado como aquellos de los que hay muchos miles.

4. Mira, cuando una fuente se congela en invierno, entonces la capa de hielo tiene que ser atravesada antes, para poder acceder al agua. De la misma manera tú tienes primero que atravesar con mucho esmero el hielo de tu entendimiento. Recién después se verá si tu agua de vida interior sirve para cocinar o sólo para lavar ropa sucia. - El agua para cocinar es un "escogido" y el agua para lavar es un "llamado". - ¡Por eso ocúpate de que te conviertas en un "agua para cocinar"!

5. Pero también hay muchas aguas que no sirven ni para cocinar ni para lavar, sino sólo para llevar grandes cargas y para recibir toda la inmundicia del mundo como por ejemplo: el agua marina. ¡Por eso fíjate bien y cuídate muy bien que no fluya hacia la fuente de tú vida ni ésta se convierta en un "agua marina"! Porque por ahora ésta agua marina no es ni llamada y mucho menos escogida, sino sólo es juzgada.

6. Ahora ya te he dado a entender tanto como te es necesario para que comprendas tu texto citado anteriormente. Pero cuando tú madures entonces recibirás una aclaración más profunda. ¡Esto es para que lo pongas en práctica! Amén.

Ciencia y Espiritualidad