¡Ved, que en todo aquello que os he revelado abiertamente, yo no tengo corazón, y en consecuencia no puedo dirigirme a Ti de otro modo! ¡por lo tanto, se un poco más tratable y entonces yo tomaré de nuevo un corazón por Ti!
La carne es fruto mío; pero si Tú la matas, entonces ¿cómo y porqué debería yo amarte?
“¡Por lo tanto, déjame obrar contigo y yo te amaré!”