1. ¡Hijitos! ¡Yo os digo, ahora orad para que no caigáis en la
tentación y en el juicio del mundo! Pues ante las puertas están la última
liberación de Satán y el gran juicio del mundo. Juicio que también se llama el
fin del mundo, - pero no significa el fin de la Tierra y de todas las criaturas
en ella, sino el fin del mundo sobre la Tierra. ¡Este mundo es el pleno dominio
actual del infierno sobre la Tierra! ¡Dominio que no durará mucho tiempo, pero
sí sobrepasará en horror a todas las cosas que han sucedido desde el comienzo
de la Creación sobre esta Tierra!
2. El necio pueblo, que está falto de Amor y que no quiere saber
nada de Mí y en absoluto, no quiere saber nada, el pueblo de esta ciudad se ha
puesto a sí mismo el cuchillo en el corazón porque quiere estar sin leyes y
ahora ha emprendido una guerra contra sí mismo. Y en un futuro cercano se
formará una contienda horrenda, lo que en el fondo será bueno; porque la
serpiente se destruirá a sí misma. - Pero cuando empiece a ponerse peor,
entonces, por supuesto, es aconsejable irse al campo, porque en las ciudades no
dominará el orden por mucho tiempo. Por eso orad por la conservación del orden
y de las autoridades actuales que protegen las leyes. Si estas son conservadas
a través de las buenas oraciones entonces estará bien, - pero si la gente de
malas intenciones logra expulsar a estos protectores de la ley, entonces orad
doblemente y escapad al campo en Mi Nombre. Porque la ciudad se convertirá en
una caverna de asesinos y ladrones y será castigada a través de un juicio
terrible. - ¡Pero Yo os protegeré, si es que permanecéis en Mí, así como Yo
permanezco entre vosotros y dentro de vosotros!
3. Este consejo para todos vosotros os lo doy Yo a ti, Mi hijita,
por el día de tu onomástico como una cinta de unión. Observadlo también todos
vosotros, cuando haga falta. En Mi Nombre, amén, amén, amén. -
Dádivas
del Cielo. Tomo III
(Dadi_III_25.03.1848)
Ciencia
y Espiritualidad