28 de mayo de 2017

30. ¡Y Yo envío la promesa de Mi Padre a vosotros! ¡Pero quedaos en la Ciudad hasta que seáis provistos del Poder desde la altura!

Y aquí otra vez nuestra causa corresponde perfectamente, pues ningún ser humano mediante la formación polifacética de su intelecto con la ayuda de bibliotecas bien abastecidas y profesores universitarios grandilocuentes puede llegar al renacimiento y el bautismo del Espíritu Santo, sino únicamente mediante la humildad y un gran Amor de su corazón. Todo lo que él tiene del mundo, hasta el último denario, lo tiene que devolver al mundo, de modo que también las ciencias de su mente que causan su altanería, porque de lo contrario el Renacimiento y el Bautismo del Poder de su Espíritu resultarán horriblemente estrechos. Leer más...