12 de mayo de 2019

El gran amanecer o el amanecer de la Venida del Señor. Parte 4

Yo os digo: “En cualquier cosa nunca busquéis el honor del mundo, porque es una plaga para el alma y el espíritu y sus consecuencias tarde que temprano saldrán fuera devastando la Tierra” Considerad las actuales guerras en las cuales muchos millones de seres humanos deben ser asesinados por el honor. ¿Si los soberanos y comandantes de los ejércitos y sus poblaciones – cualquiera que sea su nombre – antes que a la soberbia, sirvieran a la querida humildad celeste, querrían o podrían inflamarse los pueblos en una furia reciproca? ¡Ciertamente, con poblaciones humildes una guerra sería absolutamente imposible! Pero ya que cerca de estos pueblos en vez de humildad creció sólo y únicamente la soberbia, según la cual un pueblo se cree mejor, más prestigioso, más antiguo, más justificado y quién sabe qué más, también estas guerras actuales que quieren devastar todo, son una consecuencia completamente natural del actual cultivo de la soberbia. Porque una guerra es en gran tamaño, lo que son en pequeña medida las así llamadas riñas, que también se derivan, aunque más raramente de una causa válida, pero que en la mayoría de los casos no son más que por el honor ofendido. Leer más...