8 de julio de 2017

36. “Cuando Él había enrollado el libro lo devolvió al servidor y se sentó. Y los ojos de todos los que se hallaban en la sinagoga estaban dirigidos a Él

¡En tus pensamientos vuelas por los espacios de la infinitud! Donde encontrares un espacio en el cual tu pensamiento sea incapaz de entrar, entonces ya puedes buscar la nada. ¡Pero que tú eternamente nunca podrás realizar semejante tarea, de esto puedes estar totalmente seguro! Porque hasta donde llegue el pensamiento, allá existe el Ser. Pero, ¿dónde se hallará el Ser cuando el pensamiento no lo alcanza? Yo no conozco este dónde, con lo que un sabihondo mundano seguramente lo conocerá aún menos. Leer más...