10 de junio de 2017

32. Jesús viendo a Su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, habla a la madre: ¡Mujer, ahí está tu hijo! Y después Él habla al discípulo: ¡He ahí, tu madre!


Pero como estas Palabras no sólo las ha pronunciado el Hombre Jesús sino el Hijo de Dios o la eterna Sabiduría del Padre, detrás de estas, por supuesto, aún hay un sentido celestial-espiritual-divino muy profundo y sumamente elevado, el cual vosotros no seréis capaces de percibir en su profundidad – como muchos otros motivos para Acciones del Hombre Divino. Por eso sólo puedo daros alusiones para el interior de la región de la sabiduría. Pero no investiguéis demasiado en ello, porque sabéis que las cosas de la Sabiduría nunca permiten su comprensión como cosas que surgen del Amor puro – como ya os lo demuestra la naturaleza. Leer más...