30 de abril de 2017

26 “De modo que a aquellos enemigos Míos que no querían que Yo reinase sobre ellos, traedlos aquí y delante de Mí degolladlos”.

Estas libras y estos denarios repartidos son en todo caso, la Palabra de Dios. Quien tiene la Palabra Viva, al mismo tiempo él tiene las diez libras; pues la tiene Viva si la tiene en su Amor o en su Corazón. Pero el que tiene las cinco libras, él tiene la Palabra Viva en su fe, conforme lo cual puede hacerse activo en el Amor. El que tiene las tres libras, él tiene la Palabra de Dios en su comprensión; y si actúa correspondientemente, entonces logrará la Sabiduría. Pero el que solamente tiene una libra, a pesar de tener la Palabra de Dios en su mente, esto no le excita. Aunque nada tenga en contra de ella, en realidad le parece preciosa, buena y verídica. Pero cuando se trata de corresponder seriamente, entonces él dice: “Pues sí uno aquí no estuviera limitado por el mundo –y no se tuviera que hacer lo mundano a causa del mundo– entonces, por supuesto, sería muy loable vivir perfectamente conforme esta Doctrina. Pero ya que hay que vivir en este mundo, también hay que orientarse conforme a este, porque de lo contrario fácilmente sería gritado de ser un extraño; con lo que se perdería su honra y su reputación, y así uno se presentaría como un aislado que incluso en el mundo ya no es capaz de surtir efecto, donde para una buena finalidad habría sido indispensable”. Leer más...